RECORDANDO TIEMPOS PASADOS

Ayer, día 1 de mayo, repusieron en “La 2” la vieja película Currito de la Cruz. He escrito “vieja” y me arrepiento porque es tal la frescura, que parece que la acabaran de estrenar. Empecé a verla, hice un par de veces zaping y en seguida volví a ella hasta el final. No puedo saber con exactitud las veces que la he visto, sí, sé que son muchas, de manera que me voy anteponiendo a lo que acontece.

¿Cuál fue el secreto de su éxito? 

De una parte: los actores y actrices (no supimos valorarlos) todos y cada uno interpreta su papel de manera excelente. El cínico y canalla: Jorge Mistral, la víctima enamorada y engañada: Nati Mistral, el ingenuo y magnifico torero: Pepín Martín Vázquez; el padre, hombre cabal y orgulloso: Manuel Luna, la gracia y desparpajo de Tony Leblanc, la humanidad y bondad de la madre superiora, el mediador y buen consejero: Juan Espantaleón, Felix Fernández banderillero y novio de la mesonera gallega, pletóricos de compasión y generosidad; la expresividad de Angel de Andrés capaz de escenificar con mímica una faena taurina desde el início hasta el final con orejas y rabo incluidos, Pepe Isbert, jugando a los toros con la chiquillería; el cirujano que con solo su mirada les dice que “no hay remedio” a la cuadrilla que llora desconsolada la muerte de Romerita, la lágrima del “picaor” que hasta él es buen actor.

De otra: el director Luis Lucia. Conocía el arte de pasar de lo trágico a lo cómico en lo que va de una escena a otra. Sabía perfectamente tocar la fibra sensible del espectador, sin abusar, de ahí que le hacía pasar de la lágrima a la risa en “una vuelta de página”. Iba llevando al espectador, como quien va con un niño de la mano para que no se pierda, enseñándole a cada paso lo más bonito y lo más interesante, Luis conocía el arte de saber contar historias porque además conocía a su público y sabía lo que le gustaba.

Dicen de él que era una gran persona, aunque tenía fama de “mal genio”, y no, es que cuando dirigía se enfadaba si algo no salía como lo había concebido y no de cualquier manera.”El que dirige soy yo y quiero lo mejor para mi público”.

Voy a contar algo anecdótico que viene a cuento de lo que antecede. Fue esta la película que mayor número de espectadores ha tenido en toda su historia el CINE COLOMER con más de ocho mil personas que, a buen seguro, repitieron en los distintos años en los que fue reprisada.


Miguel Colomer Hidalgo

Mayo 2016

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