ANDRÉS DE VANDELVIRA
Desde muy joven comienza sus trabajos de cantería, iniciado por su padre y posteriormente por Francisco de Luna con cuya hija contrajo matrimonio.
Sería su primera obra de relevante importancia en Uclés (Cuenca) donde interviene de la mano de su suegro para construir el Convento Prioral y de aquí a Villanueva de los Infantes, Almagro (Ciudad Real) y Cuenca.
Es en Villacarrillo donde fija su residencia y será la provincia de Jaén la que acumule gran parte de sus intervenciones en mayor o menor grado. Así, bajo el mecenazgo de D. Francisco de los Cobos, pondrá sus conocimientos en: Úbeda, Baeza, Canena y Sabiote; en otras poblaciones: Huelma, La Iruela, Hornos, Orcera, Segura de la Sierra, Linares, La Guardia, Cazorla, Santa María de la Cabeza (Andujar). Catedrales de: Jaén, Cuenca, Sevilla, Granada y Toledo, Palacio de Carlos V (Granada) y en Albacete, su ciudad natal, Alcaraz y Yuste. Tal vez en algún otro lugar dejara su huella.
Omitimos la denominación de su obra por lo exhaustivo que sería, no siendo la finalidad de este artículo, siendo ésta el dar a conocer la presencia de los Vandelvira
en Castellar.
En primer lugar, fijará su residencia una de sus dos hermanas: María Fernández de Vandelvira (hija natural), casada con Sancho Bedaroya, quien intervino en la torre de la iglesia de Sorihuela.
Sus hijos: Pedro de Vandelvira, clérigo presbítero de la Colegiata de Castellar.
Bernardino Vandelvira, Alférez de las Milicias y Alguacil Mayor del Condado,
nombrado por el Conde.
Juan, se casó en Torreperogil con María Lope de Soto y su hija Catalina contrajo
matrimonio con Sebastián Cano García (1610) en Castellar.
Una hija de este matrimonio, María, se casa con Cristobal Martínez de la Torre
en Castellar, en el año 1633.
Felipa de Vandelvira se casó con Bartolomé de Feria, alcalde honorario de Castellar
Y, al fin, Cristobal hace su casamiento el 28 de agosto de 1689 en Castellar.
Como vemos, es muy significativo el número de miembros de esta familia que
elige Castellar para vivir o contraer matrimonio.
Se ignora las viviendas que ocuparon, tal vez se pueda averiguar un día, mientras
tanto queda este supuesto en la imaginación del lector.
Recogidos estos datos, es de razón que Castellar sea reconocido dentro de la
“Ruta Valdeviriana” para cualquier acontecimiento cultural.
Siendo su integración
el testimonio inmaterial de una buena parte de su familia.
Junio de 2023
Miguel Colomer Hidalgo
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