De la entrega al entusiasmo, memorias del Teatro Colomer





Parece que fue ayer y ha transcurrido algo más de medio siglo, cuando un grupo de jóvenes impulsados por nuestro párroco D. Jesús Moreno Lorente y bajo la dirección y empresa de D. Miguel Colomer Frigols nos lanzamos a la aventura de convertirnos en actrices y actores para interpretar la obra de teatro “La Casa de la Troya”. Nada más apropiado para esa masa estudiantil que daba vida al Colegio de Santiago Apóstol.
El objetivo principal era recaudar fondos para culminar las obras del “Club Juvenil” que ya había comenzado su andadura y era necesario más dinero para saldar deudas y continuar. Si bien era éste el fin principal, a medida que pasaba el tiempo se iban consolidando grandes amistades, se estaba siendo participes de una experiencia cultural y al mismo tiempo todos contribuíamos a un deseo común.
Tengo que resaltar la entrega, el saber y el entusiasmo de mi padre en esta tarea de: dirigir a más de veinte profesionales”, poner en funcionamiento ensayos, tramoya, vestuario, mobiliario, decorados (traídos de Madrid ) y un sin fin de detalles que conlleva una obra de teatro con tan numeroso reparto

Y todo para un día, o mejor dicho dos, porque también se representó en el Teatro de Cazorla, como colofón el coro de “Las espigadoras” de la zarzuela “La rosa del azafrán” del Maestro Jacinto Guerrero. Ataviadas de lagarteranas, cantando y bailando en un escenario repleto de jovencitas, acompañadas por la Banda Municipal de Castellar

Un cuatro de enero del mismo año se había representado la obra de los hermanos Álvarez Quintero, “Puebla de las mujeres” con gran éxito, repitiéndose el Día de Reyes.
La recaudación de estas cuatro representaciones sirvió para cubrir gran parte de los gastos que suponía llevar a cabo el “Club Juvenil”.
No quiero dejar en el olvido las colaboraciones de Antonio Castro, Claudio Roa, Manolo Martínez, Juan Alaminos y un largo grupo de ayudantes que nunca faltaba…

Poco a poco el Club se fue extinguiendo como una vela que se apaga, llegando a desaparecer y con él, mesas, sillas, megafonía, biblioteca, futbolines, mesas de ping-pong, mesa de billar etc. Hoy es un almacén de ropa usada para dar a no se sabe quien.

Es cierto que aquella aventura correspondió a una época que hoy sería irrepetible porque ni el factor humano ni las circunstancias son iguales y ni siquiera parecidas. No es que aquel grupo de jóvenes fuese mejor o peor que la juventud de hoy, es sencillamente diferente.

Algún día ese espacio podría fraccionarse en un taller de pintura donde los jóvenes y mayores aprendiesen a pintar con diversas técnicas; un aula para aprendizaje de violín, flauta travesera, clarinete… con el fin de formar grupos que diesen conciertos o amenizasen ciertas ceremonias; aula de informática; espacio para aprendizaje de idiomas; sala para estudio donde hacer los trabajos sin ser molestados; pequeña biblioteca básica; habitáculo donde consultar los libros de nacimientos, matrimonios y defunciones, así como actas de los capellanes a lo largo de los siglos y ser la fuente para documentarse en la investigación de Tesis Doctorales o hallazgos como el saber que el fundador de la RAE se casó en Castellar, extraído de uno de estos libros, tal vez quedara espacio para exposición de maquetas, que unidas a las que hay se fuese incrementando el número por nuevos artistas.

A la espera de que llegue el día que concluyan las obras de los tejados, irán surgiendo múltiples ideas para la reestructuración del Colegio adscrito a la antigua Colegiata y convertirlo en un Centro Cultural de primera categoría con los museos del neolítico, íbero y romano.

También cabe destacar, una parte de la obra escultórica de Constatino Unguetti de fósiles que datan de millones de años, cuando el Mar de Tetis llegaba hasta Castellar, así como las casullas, maquetas, la magnifica colección de retratos de Papas, el Aula Museo dedicada al profesorado de Castellar, las salas de exposiciones y un Salón de Actos donde celebrar conferencias o cualquier evento cultural. Y será necesario mejorar la megafonía para que la música sea escuchada con alta calidad.
Sea ese patio del claustro, lugar para representaciones teatrales, conciertos, escenario de baile andaluz o lugar para el Pregón de Feria y así tantas y tantas actividades.

Es preciso empezar a caminar y que cualquier proyecto no quede en el aire, que nadie “ponga palos en las ruedas” y sean cual fueren las iniciativas no sean obstaculizadas, porque lo contrario es la parálisis que conduce a la ruina. Así, con la colaboración de todos habremos conseguido que este proyecto sea orgullo de nuestro pueblo y disfrutarlo cuanto antes, dejando el legado a generaciones sucesivas.

De estas ideas pueden surgir otras que sean complementarias o sustitutivas.

Con mis mejores deseos
Afectuosamente



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