Queridos
amigos y amigas:
Se
me brinda la oportunidad de dirigirme a vosotros a través de estas
páginas, al haberme solicitado
la Corporación Municipal que escribiese un artículo sobre lo que fue el CINE COLOMER. Viendo lo
que ya se ha escrito en esta revista o en otros medios: acerca de su origen, su aportación a la cultura,
el ocio... o simplemente el llenar unas horas del día. Por eso, he decidido enfocarlo al recuerdo de un
aspecto no menos importante como fue el paso de LA COPLA ANDALUZA por estas tierras.
la Corporación Municipal que escribiese un artículo sobre lo que fue el CINE COLOMER. Viendo lo
que ya se ha escrito en esta revista o en otros medios: acerca de su origen, su aportación a la cultura,
el ocio... o simplemente el llenar unas horas del día. Por eso, he decidido enfocarlo al recuerdo de un
aspecto no menos importante como fue el paso de LA COPLA ANDALUZA por estas tierras.
Desde
sus inicios, allá por los años cincuenta del pasado siglo
comenzaron a desfilar las mejores
figuras del “cante” que alternaban con las representaciones teatrales a cargo de la Compañía de Teatro
de Julio Arroyo (del que hablaremos en otra ocasión) y Compañías de Revista, no menos
importantes; sin olvidar las obras de teatro por aficionados locales, cuyo fin era generalmente benéfico.
figuras del “cante” que alternaban con las representaciones teatrales a cargo de la Compañía de Teatro
de Julio Arroyo (del que hablaremos en otra ocasión) y Compañías de Revista, no menos
importantes; sin olvidar las obras de teatro por aficionados locales, cuyo fin era generalmente benéfico.
Serán
los coetáneos de aquellas figuras quienes mejor los reconozcan y los
más jóvenes quienes
hayan oído sus coplas en alguna ocasión, sobre todo si son aficionados.
hayan oído sus coplas en alguna ocasión, sobre todo si son aficionados.
Qué
mejor que hacerlo de forma gráfica presentando su imagen a través
de una portada de sus discos
. tal vez falte alguno o alguna de los llamados “segundas figuras” que iban en la Compañía y que eran
también muy notables, lamento no poder localizarlos a todos y solo recordar alguno de ellos.
. tal vez falte alguno o alguna de los llamados “segundas figuras” que iban en la Compañía y que eran
también muy notables, lamento no poder localizarlos a todos y solo recordar alguno de ellos.
Podríamos
decir, son todos los que están; pero no, que están todos los que
son. Es decir: a estas
primeras figuras les acompañaban un buen número de artistas llamados de “segunda fila”. En ningún
espectáculo faltaba uno o dos guitarristas que acompañaban a la primera figura, a veces una pequeña
orquesta; los segundos y terceros en categoría, un cuadro flamenco de “bailaoras” que alegraban la
vista. Tampoco faltaba uno o dos humoristas llamados “caricatos” que hacían reír al respetable con
chistes y chascarrillos subidos un poco de tono, otras veces era un mago quien ilusionaba y dejaba
boquiabiertos a los espectadores con sus trucos.
primeras figuras les acompañaban un buen número de artistas llamados de “segunda fila”. En ningún
espectáculo faltaba uno o dos guitarristas que acompañaban a la primera figura, a veces una pequeña
orquesta; los segundos y terceros en categoría, un cuadro flamenco de “bailaoras” que alegraban la
vista. Tampoco faltaba uno o dos humoristas llamados “caricatos” que hacían reír al respetable con
chistes y chascarrillos subidos un poco de tono, otras veces era un mago quien ilusionaba y dejaba
boquiabiertos a los espectadores con sus trucos.
La
tarde-noche transcurría, dejando un grato recuerdo en medio de
aquellos días de duro trabajo y
poco dinero. Así, hasta que a las pocas semanas se volvía a oír aquello de “el jueves hay cantaores”.
También era dura la vida de aquellas gentes, hoy aquí, mañana allá; pasaban frío, hambre, sueño... A
las tantas, vuelta al autocar sin saber muy bien cuál era su próximo destino. Iniciaban la ruta cuando
empezaba “la aceituna” y la acababan al finalizar ésta, recorriendo los pueblos y ciudades de nuestra
querida Andalucía.
poco dinero. Así, hasta que a las pocas semanas se volvía a oír aquello de “el jueves hay cantaores”.
También era dura la vida de aquellas gentes, hoy aquí, mañana allá; pasaban frío, hambre, sueño... A
las tantas, vuelta al autocar sin saber muy bien cuál era su próximo destino. Iniciaban la ruta cuando
empezaba “la aceituna” y la acababan al finalizar ésta, recorriendo los pueblos y ciudades de nuestra
querida Andalucía.
Yo
tuve el privilegio de conocer en persona a muchos de ellos, de
hablar, de hacernos preguntas, de
ver desde dentro lo que el público veía desde fuera y hoy guardo un recuerdo imborrable de aquellos
tiempos irrepetibles.
ver desde dentro lo que el público veía desde fuera y hoy guardo un recuerdo imborrable de aquellos
tiempos irrepetibles.
Un
saludo afectuoso
Miguel
Colomer Hidalgo
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