A
mis amigos:
Pedro,
Gregorio, Enrique y Felipe,
que
seguro se han juntado para
echar
una partida.
Cuatro
buenos amigos entre nueve y once años dan comienzo al juego. Con el
pie en el gua1
lanzan la bola hacia una raya que han trazado sobre el suelo a una
distancia de poco más de dos metros. Así establecen
el orden que desde esta línea irán tirando después. La proximidad
y el “no colarse” determinará la prioridad.
Lanza
el primero su bola desde el trazo para acercarse lo más posible al
gua y así sucesivamente los demás.
Ahora
ya, desde el suelo, con la canica entre el índice y el nudillo del
pulgar se acerca a menos de un palmo del citado hoyo. El resto irá
aproximándose con astucia y estrategia, pues no deben quedar
“a
tiro” del primero cuando al haber hecho gua le permita iniciar la
jugada contra el que mejor le venga.
Como
estaba previsto, el número uno ha metido su bola en el agujero y va
a por el tercero. Le da “primera”,
se queda muy alejado y prefiere reservarse en lugar de nadie.
Quien
iba en segundo lugar ha intentado acercarse, pero se ha quedado en un
sitio muy peligroso, cerca del gua.
El
número tres, no se lo piensa y tira desde casi un metro directo al
gua.
-¡Por
poquitas...! le dice el cuarto. Éste está muy lejos y es muy
difícil acertar así que se busca un refugio a pocos centímetros.
De
nuevo el primero busca al número tres a quién ya había dado
“primera”.
Se tira al gua y pierde lo que llevaba, lo tiene a poco más de una
cuarta. Tira desde el gua.
-¡Eh,
tú, seja pa tras!.
Le
lanza una melosa y... primera, segunda y tercera. Pie que lo
es y ¡tute!. De un piconazo lo manda a “Finisterre”.
Y...casi gua, pero no.
El
segundo va a por el primero y le pasa lejos. De repente se fija en el
antebrazo del cuarto.
-Iño,
¿qué tienes ahí?
Este
lleva un costrón como la concha de un mejillón gigante.
-Na,
que trompecé y me hice un jarruñacillo.
¡Jarruñacillo
dice! Y tiene un sollejón como un patatón. Èchate
argo, que te se va a infestal.
-No,
si ya m'echao agua xigenada y porvos de Azol, que eso es mu bueno.
-¡Tira
! Dice el primero, que ya está harto de tanta pamplina.
Le
toca al cuarto que se había quedado escondidillo. Lo tiene
difícil y pide “me mido”, así que se ha quedado muy
cerca del tercero. Un aplomaillo y primera, segunda, tercera y
pie pero no consigue darle tute.
De
nuevo otra ronda y otra …
El
primero ha eliminado al número tres y éste había eliminado al
segundo. Ya solo quedan un mano a mano entre el número uno y el
cuatro.
Dispara
el del primer lugar a media distancia y... ¡tute!
-¡¡¡Fullero,
ibas a por pie!!!
-
¡¡¡A por tute!!!
-Júralas...
-Las
puedo jurar...
-Sí,
pero no las juras.
-De
verdad del Señor (esto era considerado pecado venial, de tantas
veces repetirlo)
-
¡Tira, guarro!
Rebota
en una piedra y se le pone a tiro.
-¡Sucio!
(no puede limpiar el suelo para tirar)
-No
te va a valer... Se concentra, silencio absoluto, máxima tensión...
Le espeta un aplomaillo en to el cocorote. ¡Toooma! Tercera,
pie que lo es y gua. Y le sentencia: Si es que donde está Dios,
está la mano del Señor. (Las referencias “religiosas” eran muy
frecuentes)
La
partida ha terminado y todos le tienen que dar tres “santos”
al ganador.
¿Echamos
otra?
-Joel,
si entre ayer y hoy m'habis esparruchao.
-Este...
que es el Tinoso las Aldeas y este un tramposo...
-Enga,
no sos cabreeis y amos a echar otra.
Y
así siguieron entre enfados y risas
ESTO
ERA JUGAR Y PASARLO BIEN
Miguel Colomer
Hidalgo
diciembre 2015
1
Gua:Hoyo de unos ocho centímetros de diámetro y tres o cuatro de
profundidad. Si era de nueva creación se hacía girando dos o tres
veces sobre el tacón del zapato.